Diversidad, adaptación curricular y accesibilidad
El otro día nos visitaba Diego. Por estudios ingeniero agrónomo, se dedica a la docencia en educación secundaria desde hace siete años.
Como es habitual en esta profesión, en los inicios coges lo que hay, que por norma general, viene a ser lo que nadie a querido hasta el momento. Así pues a Diego se estreno como profesor en uno de los centros de secundaria mas grandes de Navarra, el IES Tierra Estella-Lizarraldea BHI con más de 1000 alumnos.
En la tarea anterior hablábamos de las exposiciones orales, de como hacer para atrapar al público, como jugar con las palabras, el registro, el ritmo... Su exposición fue una demostración de como combinarlo todo a la perfección y de forma que seguir el hilo fuera lo natural y distraerse costara esfuerzo.
Sin duda que las formas no lo son todo, hace falta contenido y la charla lo tenía. Legislación a raudales, dignas de adormilar hasta al más experto en estas lides pero de nuevo y a través de correctas decisiones por parte del ponente, fuimos capaces de adquirir una idea general sobre los diferentes recursos dispuestos por la administración y su materialización en los centros.
Más allá de la burocracia, sin duda importante, la exposición de Diego fue un viaje a la realidad docente. "La adolescencia es una edad complicada", es un mantra que hemos escuchado hasta la saciedad pero quizá una clase con siete alumnos de PCA es el mejor ejemplo de ello. Por que estos jóvenes son los sentimientos, acciones, cambios de humor... propios de la edad en superlativo.
Con la charla entramos en harina de la diversidad, pero valga la redundancia, la diversidad es muy diversa e incluye desde la diversidad conductual y todas sus derivadas hasta la diversidad funcional.
Hablando de la diversidad funcional, hace ahora tres años desde que miro la arquitectura y los elementos del día a día con otros ojos. Los accesos, los edificios públicos, el transporte la señalización, los parques infantiles, los centros de trabajo... En una de las asignaturas de cuarto de carrera, debíamos diseñar un parque infantil accesible para niñas y niños con diferentes diversidades. Una vez nos encomendaron el trabajo, las profesoras organizaron una charla con en la que varios padres nos explicaron como era su día a día con hijas e hijos con diversidad. El diseño del parque fue un proceso de aprendizaje, de darme cuenta de que los ciegos somos nosotros, los que supuestamente vemos, puesto que diseñamos, pensamos, y hacemos para con nosotros, colaborando sin querer en alejar en vez de integrar.
Trasladándonos al ámbito educativo, es habitual que los institutos tengan dos o tres plantas. En el caso de los alumnos en silla de ruedas, sus aulas deben estar situadas en la plata baja, de forma que puedan acceder a ellas sin barreras arquitectónicas. Esto es algo que se tiene en cuenta y se cumple, pero, ¿Qué pasa con las aulas de uso común?. Taller de tecnología, clase de música, aulas de informática, salón de actos, laboratorios... ¿No deberían estar todos en la planta baja?
Desgraciadamente la realidad es que, no, no suelen estar todos en la planta baja. Así que cuando llega un alumno en silla de ruedas, ¿Qué pasa?. Toca improvisar, adaptar lo que se pueda... Y si los institutos cuentan con ascensor pero... El paseo de entre aulas es un momento de socializar, de saludar a los que están por el pasillo, de comentar la clase, criticar al profesor, coger siempre el camino más largo... Y sí, a la persona en silla de ruedas le volveremos a recordar que no puede hacer todo igual que el resto, le volveremos a recordad que la sociedad se sigue olvidando de ellas...
Pasa en los institutos con años a sus espaldas, en aquellos que se construyeron cuando a las personas con diversidad los llamábamos subnormales, también cuando los llamamos discapacitados pero también, y esto esto lo peor, lo seguimos haciendo en los que inauguramos ahora.
Pero quizá más grabe aún, hacemos obras para adecuar la accesibilidad y lo hacemos marcando las diferencias. El instituto en el que estudié el bachillerato, de la red pública del Gobierno de Navarra, es un edificio antiguo, en origen convento de monjas y posteriormente reconvertido en centro de educación segundaria. La planta baja, es baja si, pero 4 escalones de piedra la separan de la cota cero. El centro solicitó que se facilitara un acceso para personas con discapacidad funcional. Se ejecuto una rampa de acceso, solo apta para maestros del manejo de la silla, y se mantuvieron las escaleras pare el resto de los "normales".
¿Tanto costaba haber quitado las escaleras y realizado un acceso accesible para todas?. En este máster escuchamos día sí y día también que la educación va más allá del currículo y de los contenidos. Que la educación son valores, es respetar y ser respetados, tener en cuenta a todas y todos.... Y si las palabras están bien pero están mejor cuando se transforman en hechos.
Nos podemos preguntar que capacidad de acción tendremos nosotros en nuestros inicios cuando nos concedan lo que nadie ha querido, y la respuesta es que capacidad poca pero si estamos concienciados, si cambiamos nuestro foco y somos capaces de ver que se esta haciendo mal podremos avisar, podremos ser pesado e insistir. Por que muchas veces metemos la pata por desconocimiento, por ignorancia y no por mala fe. Luego ya vendrán desde la calle Santo Domingo 8 a decirnos que no, que el presupuesto da para hacer un una rampa/parche inclusivo/excluyente y no un acceso inclusivo pero eso ya es otra historia.
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